– La importancia de los campamentos tortugueros en las costas mexicanas
Por Jorge Huerta E./ informatePR
Villa Mar, Chile frío, Tuxpam, Ver.– Mucho se habla del desarrollo sostenible y sustentable, de la necesidad de comprensión de la estabilidad del progreso y el medio ambiente. Existen especies animales en peligro de extinción, muchas de ellas apenas subsisten a causa de la actividad humana.
Algunas especies de tortugas no son la excepción. A lo largo de las costas del golfo de México existen lugares que tienen como objetivo la preservación de las especies de tortugas que llegan a desovar en las playas mexicanas; en los estados de Tamaulipas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Veracruz.
Con más de 700 kilómetros de costa, la entidad veracruzana cuenta además con un sistema arrecifal que es un ecosistema de suma importancia para la vida marina y la producción pesquera, amén de los manglares que hay en las desembocaduras de ríos y arroyos hacia el mar. Nos encontramos en un territorio privilegiado con una diversidad envidiable.
Las tortugas marinas
El campamento tortuguero llamado R5, es un lugar donde sus integrantes realizan un gran esfuerzo para que los nidos de las tortugas que llegan a desovar, tengan éxito en la reproducción y disminuir de esa manera, el riesgo que pende sobre algunas especies y evitar su extinción.
Berenice Ramón Reyes, responsable técnico operativo del campamento R5, comenta que la actividad de arribo de las tortugas inició en el mes de abril y hasta julio, con la llegada de la tortuga Lora (en peligro de extinción), y en los tres meses siguientes es el turno de la tortuga verde; en estos momentos ya inició la temporada de liberaciones, es decir, el nacimiento de tortugas que regresan al mar.
En el campamento R5 han sido autorizados dos corrales, por parte de SEMARNAT con capacidad de 70 nidos. En caso de que existan más, éstos se dejan in situ, en el lugar donde desovaron las tortugas, donde son observados y vigilados por el campamento.
Para su fácil localización cada vez que llega una tortuga y hace un nido, se realiza una balización cada 200 metros, para crear un patrón y así poder situar cada uno. “Vamos al recorrido, vemos a una tortuga desovar, la observamos, en algunas ocasiones las medimos, tomamos detalles, datos morfológicos, que si está herida, una placa, edad; se analiza el recorrido si está en condición de riesgo, si está al paso cuando la gente transita cuando va a pescar, entonces se toma la decisión de traerse al corral, (aunque) la mayoría se deja in situ”, platica Berenice.
“Ya con las fechas y fichas bien documentado, ahí vamos ingresando esos datos, y estar al pendiente de que días van a eclosionar. En un término de 30 días 60 días es la probabilidad que nazcan”.
Producción/ satisfacción
Hasta el momento se han liberado unas 1,500 tortugas de Verde y más de 1,400 de Lora, contabilizando un total de 63 nidos. Y aunque pueden parecer muchas, un bajo porcentaje es el que sobrevive y llega a su vida adulta.
Para efectuar los recorridos, es necesario iniciar a la media noche y terminar alrededor de las 4:00 am, pues el tramo es de 5 km al sur (el de mayor actividad) y 13 kilómetros al norte. “Esta temporada fuimos muy insistentes con los miembros de la marina y ayuntamiento, para el monitoreo y vigilancia hacemos dos recorridos con cambios”.
Pandemia
Por efectos de la pandemia, Berenice asegura que la actividad turística bajó con respecto a otros años, por un lado ha favorecido porque las tortugas dejan sus huevos en lugares más seguros. Aunque casi siempre llegan por la noche, escasamente se ven en el día, es cuando los curiosos en ocasiones las molestan o se roban los huevos.
Sin embargo la situación sanitaria también ha traído efectos negativos en el campamento, pues no pueden recibir visitas como cada año lo han hecho delegaciones de la UNAM, al mismo tiempo la disminución de turistas también ha reducido los apoyos para el desarrollo de sus actividades. La obtención de recursos es a base de donaciones, cooperaciones voluntarias y solicitudes que hacen a compañías por medio de oficios, las dos plantas termoeléctricas y gaseras, hacen lo propio en especie.
Números rojos
Berenice Ramón Reyes, responsable técnico operativo del campamento R5 reconoce que son muchas las carencias por las que atraviesan, los recorridos los efectúan a pie, ya que cuando tenían la cuatrimoto, en ocasiones no tenían gasolina, pero ahora, la única cuatrimoto que tenían se descompuso, pues no tenía las características para este tipo de trabajo, lo que convierte en una labor ardua.
Aún así, registran el nacimiento de alrededor de 30 a 40 tortugas diariamente. La depredación animal y el saqueo de nidos por parte de personas que llegan a estos lugares son las principales causas de las bajas. A los visitantes que ven las tortugas anidar se les pide una distancia de 10 metros. En la noche se les solicita que utilicen luz roja, pues la luz blanca desorienta a los quelonios.
El R5 se localiza casi en medio de las desembocaduras de los ríos Cazones y Tuxpam, por lo tanto se encuentra entre los campamentos tortugueros de la Barra de Tuxpam y Campamento tortuguero del totonacapan en la playa de Chaparrales, perteneciente a Cazones. Pertenece a la comunidad de Villa Mar, jurisdicción de Tuxpam, sin embargo ni siquiera aparece en google maps, a diferencia de los otros.
El R5 se encuentra en un rincón del Golfo de México, en Villa Mar, a un costado de la Termoeléctrica conocida como Chile Frío y a pesar de ser un pequeño lugar, requiere de apoyos para poder continuar con su aporte, su grano de arena en la preservación y conservación de las especies de tortugas que anidan en esos espacios, un lugar paradisiaco en el entramado de salvación mundial de las tortugas. (agosto 2020)
