– De nadie y de todos
Por Mario Noriega Villanueva/ informatePR
Construya quién la construya, la vía pública no tiene propietario más que sea el pueblo. Es decir, es de todos, pero nadie puede hacer uso exclusivo y menos prohibir el paso por la calle por la que pueden pasar y hacer uso de ella para transitar a pie o en vehículo, todos.
Se ha visto como ciertos grupos de personas generalmente adineradas, se apoderan de la vía pública y hasta tienen, en algunas asentamientos, vigilancia particular que impide el paso a quienes pretenden pasar a visitar a familiares o amigos y al abrigo de facultades que no tienen, exigir y retener identificaciones personales en forma totalmente ilegal.
Bien pero si hay asentamientos humanos que cuentan con vigilancia particular en forma totalmente ilegal, también hay muchísimos particulares que para evitar que automóviles o vendedores de calle, colocan todo grandes piedras., llantas rellenas para dificultar su retiro, tubos, etc., Lo que también es ilegal.
Sin embargo a las autoridades municipales y las de Tránsito Estatal que son los responsables de regular el uso de la calle, se hacen los ciegos y no intervienen en lo más mínimo, para terminar con estos actos y actitudes ilícitas, contempladas en la ley y provocan un problema mucho más difícil para los propietarios de vehículos que luego no tienen donde estacionarse o por dónde pasar para seguir su tránsito y se les obliga a realizar largos recorridos para llegar a sus destinos o estacionarlos en lugares distantes a sus domicilios, con los riesgos de que sean robados como ya ha sucedido, y solo por el capricho de algunos.
Es hora pues de que tanto Transito del Estado y el ayuntamiento, coordinen sus acciones para liberar esos lugares públicos porque hay que recordar que la vía pública, no es de una sola persona sino para uso de todos.
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