– OpiniónPor Mario Noriega Villanueva/ informatePR
Siempre he sido respetuoso de la opinión o criterio de todos. Principalmente, si de política se trata de los partidos –entiéndase bien, no de los dirigentes–, porque si usted revisa los documentos principales de cada uno, ¡Todos! Sin excepción habla y precisan que lucharán por los mexicanos. ¡Es lo que menos hacen!
Por eso, a lo mejor a muchos de nuestros lectores que como ciudadanos pertenecen a tal o cuál instituto político, no les parezcan algunas opiniones, pero son personales. Ninguna otra voz o línea alguna intervienen en lo absoluto porque hemos de decir muy fuerte que nadie que se considere periodista debe estar vinculado a algún partido.
La razón es que quien así actúa carece de credibilidad y es en lo que no queremos caer, para no desgastarnos, pero tampoco damos crédito a aquéllos que han tomado a los partidos como propios, familiares o de grupos políticos que no luchan ni por el ejercer bien el poder, ni por mucho, el bienestar de la colectividad.
Cierto que los partidos fueron creados para ejercer la democracia, pero ninguno de ahora ni de antes lo hace. Más bien quieren el poder para enriquecerse, para crear grupos que lo sostengan y hacer sentir a gustos equivocados al bien de los mexicanos.
El partido que no es de una sola persona, lo es de grupos y todos quieren el poder para cometer actos e incurrir en acciones fuera de la ley en exceso y siempre en perjuicio del pueblo. Eso se debe acabar, pero se deben acabar los partidos que están lejos de ejercer y menos promover e impulsar la democracia.
Que estos espacios donde todos tienen oportunidad de participar con información y opiniones por muy encontradas que sean o que parezcan. El respeto, es primero.
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