– Se enojó Grace
Por Mario Noriega Villanueva/ informatePR
Hace mucho tiempo comentando con los amigos comunicadores sobre la suerte que había favorecido a Poza Rica en época de huracanes, que no habían azotado en la ciudad, salvo Dean que sí hizo daño, expuse que qué bueno que no nos azotaran porque “nos hacían chorizo” y miren lo que vino a hacer Grace no se lo deseamos a nadie. Fueron tres horas mínimo de algo que semejaba el fin del mundo y que derribó árboles por doquier, dejó casas destechadas totalmente y privó a cerca de doscientos mil habitantes, de la energía eléctrica.
Como siempre, desde antes y con mayor razón después, se dieron las compras de pánico. Los grandes almacenes y hasta las tiendas más chicas, sobre todo las dedicadas a la venta de tortilla y masa. Se formaban largas filas y ni se diga en los súper almacenes donde eran todavía mayores. La gasolina escaseó y al menos que nosotros sepamos, solo una funcionaba y decenas y decenas de clientes hacían fila en sus unidades de todo tipo, para obtener un poco, en fin, todo se desordenó y los únicos que salieron ganando fueron los negocios dedicados a la venta de productos de primerísima necesidad, como el de tortilla y masa.
Nuestro pronóstico que, cuánto deseamos una y quien sabe cuántas veces que jamás se fuera a dar, finalmente resultó cierto y Grace llegó con tanto coraje que llegó a la ciudad como un huracán de categoría 3 –algunos dicen que era categoría 4 y por la fuerza que traía, parecía serlo–, y en verdad que hizo chorizo a muchísima gente, de la más humilde sobre todo, cuyas casas de madera con techo de lámina de zinc, sufrieron la furia de los fortísimos e implacables vientos que llegaron a alcanzar y superar los 200 kilómetros por hora, con lo que se podrán ustedes imaginar lo que los pozarricenses tuvieron que vivir en poco más de tres horas, lo que les pareció una eternidad y que les hizo pensar en que parecía el fin del mundo.
Con todo y que según, se habían hecho preparativos para poder aminorar los efectos de lo que se presumió todo, menos el huracán que con tal fuerza azotó no solo a Poza Rica, que fue el centro de su embate, sino de municipios como Papantla, Coatzintla, Cazones, Tecolutla, Gutiérrez Zamora, donde también sufrieron igual que los pozarricenses esa noche terrible que jamás olvidarán y que solo se equipara a las inundaciones del 5 y 6 de octubre de 1999.
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