¿Qué mata más pronto?
Por Liz G. Macías/ informatePR
La ignorancia es la verdadera causa del aumento de contagio de VIH en nuestro País; lamentablemente resulta irrisorio que un gobierno tradicionalista como el nuestro, pretenda concientizar a un pueblo que apenas ha aprendido las vocales de educación sexual y control natal. En el mes de diciembre se celebra el día internacional del SIDA, al respecto en México se llevan a cabo todas nuestras acostumbradas manifestaciones radicalistas; la marcha del DF es rigurosa, música, pintura, poesía, medicina, asociaciones altruistas, religión, etc., toda clase de ideologías para conmemorar un día por una causa que medianamente se conoce.
Esta afirmación obedece al tabú que merma en torno a una enfermedad que se reproduce fuertemente, sabemos que no se muere de SIDA sino de alguna enfermedad a la que las débiles defensas no puedan vencer, empero la ignorancia es una de las más severas causas de muerte y/o prevención de esta mal. Y es que hay cosas que solo en México suceden, aún existe un buen número de personas que piensan que esta es una enfermedad “fantasma”, se dice que es una historia falsa de los Gobiernos Mundiales y que es utilizada como un medio de control natal y así mismo, frenar la promiscuidad.
Los excesos del siglo XXI en que estamos aventurados, han creado una delirante incapacidad de asombro, lo cual podemos observar en la retrógrada actitud de marginación, miedo, prejuicios y discriminación a la que se enfrentan quienes sufren VIH. Mientras tanto los medios masivos de comunicación, la Secretaría de salud, el CONASIDA y demás instituciones, hacen lo suyo difundiendo la prevención de contagio.
Reaccionar y atreverse a preguntar a los especialistas, sería un buen camino hacia un nuevo trato a quienes tanto se menosprecia y poco se conoce. La información, y prevención nos llevará a la salud mental y a actuar poco mas acertadamente en cuanto a juicios personales y sobre todo a elaborar criterios de calidad humana a medida de tus conocimientos.
A continuación la reproducción íntegra de un enfermo de VIH:
“Cómo poder olvidar los días más hermosos de mi vida, los que viví con mis padres y hermanos en aquél humilde castillo de madera, con un terreno en su momento, más grande que el Amazonas mismo, con una incalculable cantidad de árboles frutales y otros exóticos, insectos de tamaño gigante, animales salvajes y peligrosos, montañas inmensas, junglas llenas de riesgo que solo con el valor de mis hermanos mayores eran superados como peligrosos obstáculos; la valentía de mis hermanos ‘los grandes’ contrastaba con la delicadeza y ternura de mis hermanos menores que yo tenía que proteger. Siempre seguros, si surgía algo que nos pusiera en aprietos, invocábamos al hombre más fuerte del mundo, a superman mismo, al que solo con su presencia todos los males y malos desaparecían, nadie podría enfrentarse a tan poderoso hombre. Este hombre es mi padre. Ya seguros del éxito con esta gran protección, terminábamos nuestra aventura siempre con algún rasguño o más de un golpe o un dolor; nos dirigíamos a nuestro rústico castillo donde las manos más hermosas y más suaves que cualquier ser viviente haya visto y sentido, nos esperaba siempre con una caricia, bálsamo para los dolores que untado por ella es como sentirse acariciado por Dios, mujer hermosa que sin merecerlo nos ofrecía un plato de comida caliente y una rica agua fresca, mi madre. Estos seres a los que me refiero siempre los extraño, son mis padres y mis queridos hermanos. En un tiempo de mi vida creí ver las cosas así porque era un niño, hoy tengo mas de cuarenta años y cierto estoy de que esos árboles exóticos, animales salvajes, montañas, junglas y todo lo que veía, son solo aguacates, lagartijas, tierra acumulada, monte y una que otra araña o rana… Hoy al ver mi presente sin futuro, evoco mi pasado y los recuerdos dilatan mi corazón de emoción y generan una explosión de sentimientos por los seres más amados, mas admirados y más extrañados. Mi espíritu reclama a estos seres amados que no olviden a mi esposa y a la luz intensa, brillante, principio y fin de todos mis esfuerzos, mi hermosa hija Andrea, mi amada hija Andreita… ”.
Resulta evidente el estado anímico de nuestro amigo, de esto todos somos culpables, ¿y acaso hacemos algo al respecto? No esperes a que el SIDA ataque a alguien que tu conozcas, no pienses que el problema te es ajeno solo porque quienes te rodean gocen de salud. Infórmate y date la oportunidad de ser parte de la solución, dejando en otro escueto grupo al problema. Mal de algunos, lucha de todos. Juntos lograremos frenar el desarrollo de la decadencia informativa en la cual nos encontramos casi voluntariamente, casi sin darnos cuenta. (InformatePR 2003)