El fotógrafo Lorenzo Armendaris viaja con pregrinaciones y registra imagenes espirituales (Foto: Lorenzo Armendariz)
El fotógrafo Lorenzo Armendaris viaja con pregrinaciones y registra imagenes espirituales (Foto: Lorenzo Armendariz)

– Lo excitante del viaje es el trayecto no el destino: Lorenzo Armendariz

Por Jorge Huerta E. / informatePR

Foto: Lorenzo Armendáriz

Pachuca, Hgo.- En sus imágenes presenta sus sueños mismos; las animas que solía ver en su infancia, las fotografía en las peregrinaciones de los pueblos de México. En esos trayectos devotos de comunidades enteras a los santuarios.

Lorenzo Armendariz, fotógrafo, presentó en el Encuentro Nacional de Fototecas, un trabajo de historias plasmadas de los grupos en tránsito, con la peculiaridad que crean las cámaras estenopeicas y lomográficas, en película blanco y negro, igual que sus sueños monocromáticos de cuando niño.

Aunque afirma que no profesa una religión, asegura que durante el trayecto de las peregrinaciones que él registra, existe un misticismo; esa espiritualidad va apareciendo luego de la reiteración casi infinita de los cantos y rezos. “Los caminantes entran en una especie de trance”.

Luego de tres o cuatro días con ellos, durante el trayecto fotografió a personas que no sabían quiénes eran; “comenzaba a ver cosas que ellos antes me platicaban… comenzaba a retratar mejor”.

“Animas peregrinando que no son de este mundo, gente que no había visto antes, No lo puedo explicar, no lo puedo decir de otra manera”.

Lorenzo afirma que esto sucedía después de un ayuno de varios días, de dormir en campo abierto, luego de un esfuerzo físico agotador.

Así como esos sueños infantiles, ahora sus imágenes son la viva representación de esa imaginación que revive los recuerdos. Recuerdos de las ánimas que caminaban, en un una larga fila de neblina en un bosque desolado.

De sangre gitana

Lorenzo Armendariz tiene una fascinación de fotografiar grupos, personas que transitan de un lugar a otro, como los gitanos, esos mexicanos invisibles que están y no están, que desparecen como las sombras de las imágenes que plasma.

Bajo el nombre de “Nuevas miradas antropológicas” en la mesa II, Lorenzo platica y reconoce su antepasado gitano que le impulsa ir tras los pasos de su abuelo.

Con cámara en mano se lanza y registra esa vida nómada. No les toma el rostro, lo hace a través de espejos, reflejos y contrastes.

Dice que los gitanos en México son más mexicanos que muchos connacionales. Conocen más el país por el constante tránsito de pueblo en pueblo.

Las actitudes de los gitanos frente a la cámara son como de aquellos personajes del cine mexicano que ellos proyectaban sobre ruedas. El levantar la ceja por ejemplo, o vestirse de charro, son costumbres de estos grupos.

Armendariz dice que éste grupo nómada llegó cuando la cultura popular mexicana estaba en desarrollo. Llevaron el cine a las comunidades; a los pueblos donde muchas veces no sabían que era la energía eléctrica.

“Para proyectar las películas llevaban sus plantas de luz, muchas veces ni conocían la electricidad. La gente se sentaba a esperar en sus sillas, aplaudían cuando encendían los focos”.

Habla también de sus costumbres: Tienen una celebración a la Virgen de Guadalupe muy grande, incluso advierte que los gitanos mexicanos no pueden concebir como sus similares de Europa no consumen tortilla dentro de su alimentación. “Este México lo conocemos mejor que el mapa”, frase acuñada por esa comunidad.

Lorenzo Armendariz le imprime un sello especial a cada proyecto. Utiliza distintas cámaras, pero la misma pasión. Dice que hay que “Existir para andar y andar para existir”. “Lo excitante del viaje es el trayecto, no el destino”, finalizó. (noviembre 2014)


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