Teatro en la época isabelina
Teatro en la época isabelina

– El bufón y la libertad de expresión

– La inspiración global de Romeo y Julieta en el siglo XXI

Por Jorge Huerta E./ informatePR

Especulaciones, rumores y hasta datos falsos encontramos de algunos de sus detractores, cuando buscamos información biográfica de uno de los mayores exponentes de la literatura universal, a pesar de eso, se ha reconocido a William Shakespeare como un genio en el mundo de las letras inglesas y el teatro hasta hoy; aunque no me atrevería a decir cuál es su mejor obra por la complejidad de las mismas, donde las pasiones humanas fueron su fuente de inspiración, una de las más populares sin duda es “Romeo y Julieta”.

Shakespeare, ha sido al habla inglesa como Cervantes para el castellano; ambos escribieron sus obras cuando estaban en plena evolución los idiomas que enriquecieron respectivamente, y que, en la actualidad, son de los que más hablantes tienen a nivel mundial. Dato curioso es que Miguel de Cervantes Saavedra y William Shakespeare murieron el mismo día, en 1616. Nadie imaginó que, siendo un bebé, el británico, que sobrevivió a la peste bubónica, se convertiría, en un futuro, en uno de los mejores escritores de todos los tiempos que daría Inglaterra.

La peste bubónica se esparció por muchas ciudades europeas en distintas épocas, las expediciones de las entonces potencias mundiales (primero España y después Inglaterra) y el creciente comercio facilitó la propagación de la pandemia, muchos de los barcos llevaron a las ratas que viajaron a diversos países en periodo donde la medicina y la ciencia estaba en ciernes, amén de las condiciones antihigiénicas de muchas ciudades y por supuesto que Londres no fue la excepción, de tal manera que William Shakespeare se considera un sobreviviente de la letal enfermedad.

En Romeo y Julieta, queda de manifiesto la situación de la endeble defensa ante las enfermedades, algo que vivían todos, sin importar el estrato social, cualquiera en la época que se escribió la historia podía padecer algún problema de salud, hasta la reina Isabel I de Inglaterra sufrió de viruela, otro padecimiento epidémico, cuando tenía 29 años, por lo que tuvo que utilizar maquillaje a base de carbonato de plomo y huevo para ocultar las cicatrices que ésta le dejó.

Aunque el mayor movimiento cultural y humanista de la historia, conocido como el Renacimiento se dio en los siglos XV y XVI, donde la ciencia inició una carrera hacia su desarrollo, el ser humano dejó de ser blanco de muchas de las enfermedades siglos después, pero no dejamos de ser vulnerables, pues en pleno siglo XXI algunas epidemias como la Influenza y el llamado COVID 19 no han podido ser controladas a pesar de los avances de la medicina. Otro de los males pandémicos es el VIH/SIDA, del cual aún existen víctimas mortales.

William Shakespeare sin duda alguna es uno de los casos extraordinarios, pues imaginemos el puerto de Londres en aquellos años donde abundaba la contaminación en el río, que era desfogue de desechos y basura, las oleadas de la peste por temporadas, sobre todo en verano donde el clima era más cálido y los teatros que se atiborraban de gente durante las presentaciones, el autor de Romeo y Julieta tenía que interactuar con los tumultos de gente, con muchos individuos propensos a las terribles enfermedades.

De Romeo y Julieta, se han escrito distintas versiones y llevado al cine diversas adaptaciones, no es la clásica situación donde el final feliz cierra el telón, más bien es la historia de amor fatal por excelencia. Dentro de las adaptaciones se han utilizado para temas políticos, adaptaciones para ballet, parodias y óperas, la televisión también ha sido tierra fértil para referencias, incluso el animé japonés.

Shakespeare, el autor

Shakespeare, el autor de Romeo y Julieta nació en Stratford-upon-Avon, Warwickshire, Reino de Inglaterra, el 23 de abril de 1564, aunque no existe documentación que acredite el día de su nacimiento, ya que en aquel entonces solamente se registraba la fecha de bautismo, historiadores calculan esa fecha. El latín era enseñado en las escuelas y como él era hijo de un funcionario municipal, tenía derecho a la educación gratuita, de esa manera conoció a algunos autores romanos como Ovidio y Virgilio y del griego Esopo, cuyas obras fueron traducidas al latín.

Años oscuros

A la etapa que nadie sabe que hizo Shakespeare le llamaron los años oscuros del escritor, pero que reapareció en 1593, algunos historiadores aseguran que estuvo en Italia, y sugieren que ahí surgió la idea de recrear la obra de Romeo y Julieta en la ciudad italiana de Verona, donde las disputas familiares de los Capuleto y Montesco dieron vida a una de las obras más representadas del dramaturgo inglés, pero esa falta de pruebas documentales han dado pie a especulaciones, tanto de su vida como de su obra.

La mesa del rey Arturo

Mucho se habla de la mesa redonda y del rey Arturo, presunto rey de Inglaterra que luchó contra los sajones, sin embargo no hay textos como pruebas concluyentes que éste haya existido, al igual que el mítico soberano, la figura de Shakespeare se ha colocado en tela de duda sobre sus orígenes, sus estudios y sobre todo la autenticidad de sus obras, pero no es el único que carece de registros, pues también ha sucedido con otros personajes de la historia universal, como Juana de Asbaje y del personajes más prolífico y multifacético como Leonardo Da Vinci, que también tuvo su etapa oscura.

En el caso de Sor Juana Inés de la Cruz se dice que no se puede saber a ciencia cierta su origen, pues al parecer no se ha legitimado su acta de nacimiento, y el hecho que las mujeres de aquella época tuvieran la prohibición de escribir haya utilizado seudónimos para ocultar su identidad. Por su parte, Leonardo Da Vinci después de un viaje a unas cavernas, recibió/sintió un impulso por descubrir y crear, algo que quedó registrado en sus cuadernillos de trabajo, Shakespeare no podía ser una excepción ante situaciones que dejan elementos para la duda.

Derechos y copyrigth

La pelicula West side story (Amor sin barreras) que arrasó en la entrega de los premios Óscar fue basada en Romeo y Julieta en 1961

Los escritores en la época isabelina no disfrutaban de los frutos de sus obras, pues muchas veces éstas, durante las presentaciones, no se reconocían a sus autores, incluso había alteraciones sin la autorización del creador, por lo tanto, las ganancias eran para las empresas teatrales que al mismo tiempo eran las propietarias de los inmuebles donde se presentaban las obras teatrales. Hoy es una obligación los reconocimientos autorales, incluso ese reconocimiento también tiene que ver con la repartición de una parte de las ganancias que se recauden.

En el tiempo de Shakespeare no existían los derechos de autor, así es que los cambios y mutilaciones a las obras era algo frecuente, incluso en ocasiones ni siquiera se mencionaba quien había escrito la obra, aunado a la falta de profesionalización de quienes la presentaban, pues en muchas de las representaciones se hacían con distintos criterios o caprichos de los propios actores.

Las obras polifacéticas de Shakespeare nos llevan de lo natural a lo fantástico, de lo trágico a lo cómico, pasando por lo poético. Romeo y Julieta lleva implícitamente estas características, razón para ser una obra predilecta tanto de la crítica como del espectador, incluso desde hace más de cuatro siglos la apasionada historia de amor sigue vigente. Imaginémonos hoy a la mente de Shakespeare, ¿qué no habría hecho con tantos recursos, tantos saberes y tantos avances?

El bufón y la libertad de expresión

El bufón era un personaje que sobrellevaba lo que los demás actores no podían hacer o era políticamente incorrecto. De tal modo que además del humor, el bufón debía cargar con la crítica. La característica del bufón no era solo la comicidad, sino al dotarlo de una especie de insuficiencia mental y física, quedaba eximido que cualquier cosa que dijera contra la autoridad suprema, era como alguien tomado a “loco” y no darle importancia, aunque dijera la verdad. El bufón era ideal para la sátira y la libertad de expresión, consagrada en nuestros días.

El bufón proporcionaba el equilibrio y proveía los cambios de ritmo en la obra, entrelazaba las risas y los momentos de tensión, sin embargo William Shakespeare tuvo que prescindir de algunos, cuando éstos improvisaban por su cuenta y no seguían el guion escrito, razón para que los críticos comentaran que una de las asignaturas pendientes era el reconocimiento del escritor para con este singular personaje, pues encarnaba, como ya dijimos, al portavoz de lo que los otros actores no podían, o no debían decir.

Machismo enclavado

Por las calles de las principales ciudades de todo el mundo emerge al unísono una protesta feminista, la de no agresión hacia las mujeres. Las estadísticas hoy en día soy muy lamentables cuando hablamos no solo de agresiones físicas o psicológicas, sino de feminicidios sin importar del continente que hablemos. Pero no solamente es el trato del hombre hacia la mujer, sino al mismo tiempo se han sumado otras demandas, como el salario igualitario entre géneros cuando se trate del mismo empleo o de la representación popular en términos de puestos de gobierno.

Imaginemos hace más de 400 años, donde en las obras teatrales, incluidas las de Shakespeare, el papel femenino tenía que ser representado por los hombres; existía una prohibición de la mujer a trabajar en el teatro, además de otras actividades, así es que este aspecto cultural lo traemos arrastrando de generación en generación. Para subir a los escenarios, los papeles femeninos debían solicitarlo a adolescentes y niños.

Las pandemias mermaron a la población a lo largo de la historia

Esa lucha de igualdad que vivimos en este siglo XXI lleva cientos de años sin que haya los resultados esperados para la sociedad, más ahora que vivimos en la era de los derechos, del respeto y la equidad. Cada día hay esfuerzos encontrados, una parte que exige se derrumben estos atavismos culturales y otros que no consideran que las mujeres participen en actividades que antes se pensaban como exclusivas de los varones, incluidos algunos deportes como el futbol y las artes marciales.

Tiempos de cuarentena

En 1594 una nueva amenaza de peste bubónica obligó a los habitantes de Londres a la cuarentena, los teatros tuvieron que cerrar por temor a los contagios, la ciudad era un puerto y llegaban viajeros de distintas partes del mundo, por lo que los brotes de enfermedades eran comunes; la población no tenía hábitos de higiene, por otro lado, los descubrimientos y avances científicos se dieron siglos más tarde; la anestesia se descubrió en el siglo XIX, la vacuna triple vírica 1971, los Rayos X en 1895, insulina en 1921, teoría del germen en 1854, el descubrimiento de la Penilicina en 1928, la vacuna viruela 1796, y los estudios de Luis Pasteur tuvieron lugar hasta el siglo XIX.

Durante la época isabelina, Inglaterra gozó del desarrollo de las artes, William Shakespeare y Christopher Marlowe, fueron los principales exponentes de la literatura, floreció también la navegación y fue Francis Drake uno de los mayores navegantes, junto a John Hawkins quien, con asaltos pirata, robaban a los barcos mercantes españoles que viajaban de la américas al continente europeo, lo que provocó la ira de Felipe II, rey de España y a la postre la guerra de España con Inglaterra.

De esos conflictos bélicos la Armada invencible (de España) fue desafiada por los navegantes ingleses, posteriormente, Inglaterra se convertiría en una potencia conquistadora, principalmente por la vía marítima y aunque ya España había conquistado muchos territorios hubo lugares en distintos continentes que enriquecieron el imperio británico.

Dramaturgia

De los cambios de ritmo que comentamos líneas arriba, es la facultad que tiene Shakespeare para cambiar de una escena cómica a la trágica, en el acto III de Romeo y Julieta, antes de la muerte de Mercucio a manos de Teobaldo las risas del público son llevadas a un estado de impacto, inmediatamente después durante la disputa entre los dos personajes, algo que ha caracterizado a las obras del escritor.

El bufón era la única voz autorizada para decir lo políticamente incorrecto, es decir, personificaba la libertad de expresión

Error de los errores

Una de las críticas a las que ha sido sometido William Shakespeare es que sus tragedias no reúnen los requisitos de las tragedias clásicas llamadas Hamartia, que es algo que se conoce como el “error trágico” o “el error fatal”, un término utilizado en la “Poética” de Aristóteles; es ese error que involuntariamente el protagonista comete para dar paso a las emociones del clímax, muchas veces por escaso conocimiento de algo (ignorancia) o por la falta de habilidad, como “errar el tiro”.

Podríamos decir que el error puede ser por omisión, como un homicidio imprudencial, luego, entonces, el error de William Shakespeare es que en algunas de sus obras no estarían cumpliendo con la hamartia; en Romeo y Julieta, el protagonista Romeo, no cumplió con esta sentencia de la tragedia clásica, pues el error fatal fue una circunstancia que no necesariamente se le podría atribuir al enamorado.

El error que consumó la tragedia fue el hecho que el mensaje que envió Fray Lorenzo, que trató de interceder en el conflicto de las familias Capuleto y Montesco y casó a Romeo con Julieta no llegó a su destino. Él pidió enviar la misiva a Romeo con instrucciones del plan de rescate de su doncella, pero al no llegar a su destinatario, pues las restricciones de la pandemia impidieron la movilidad del mensajero, en este caso Fray Juan, quedando Romeo eximido de esa responsabilidad.

Fray Juan: «Yendo en busca de un hermano de nuestra orden que se hallaba en esta ciudad visitando los enfermos para que me acompañara, y al dar con él los celadores de la ciudad, por sospechas de que ambos habíamos estado en una casa donde reinaba la peste, sellaron las puertas y no nos dejaron salir».

Fray Lorenzo: «¿Quién llevó entonces mi carta a Romeo?»

Fray Juan: «No la pude mandar ni pude hallar mensajero alguno para traerla, tal temor tenían todos a contagiarse».

Fray Lorenzo: «¡Suerte fatal!».

Otras críticas

Algunas de las críticas que se han escrito a continuación:

“El diarista Samuel Pepys, en 1662, escribió: es una obra en sí misma de las peores que he escuchado en mi vida.

Diez años después, el poeta John Dryden elogió el material, así como la comicidad de su personaje Mercucio diciendo: Shakespeare mostró la que podría ser la mejor de sus habilidades en su Mercucio, y dice asimismo, se vio obligado a asesinarlo en el Acto III para prevenir que éste lo matase a él.

Ciertamente, el análisis crítico de la trama en el siglo XVIII fue menos escaso, aunque no menos dividido. El dramaturgo Nicholas Rowe fue el primero en reflexionar sobre la temática de la obra, la cual percibió como «el justo castigo de dos familias enfrentadas». A mediados del siglo, el escritor inglés Charles Gildon y el filósofo escocés Lord Kames, sostuvieron que la obra era un fracaso en la medida de que no seguía las reglas básicas del drama: la tragedia debe ocurrir a causa de alguna hamartia, no de un accidente del destino. En contraste, el escritor y crítico Samuel Johnson consideró que: Para mí, esta obra es de las más agradables y emocionantes que he leído.”

La peste bubónica y el coronavirus, en su momento cada uno causaron grandes estragos en la humanidad (Foto: Jorge Huerta E.)

La aldea global

Shakespeare no escapa a la globalización, el 3 de febrero de 1869, en el Booth’s Theatre de Nueva York, se estrenó Romeo y Julieta en América; fue todo un acontecimiento espectacular, ya que, para tal efecto, el espacio fue equipado con aire acondicionado y maquinaria teatral estilo europeo, además fue un éxito comercial, pues en seis semanas se recaudaron 60,000 dólares. Hoy es común hablar de Romeo y Julieta, pues la gran mayoría, conoce la historia trágica a través de alguna versión musical, teatral, dancística, televisiva o cinematográfica.

Fuente de inspiración

En 1961 fue estrenada la película titulada West Side Story, basada en la obra teatral homónima, ambas inspiradas en la obra Romeo y Julieta, con algunos cambios notables; la rivalidad de las familias Capuleto y Montesco fueron cambiadas por las pandillas de Nueva York, los Sharks de origen latino (Puerto Rico) y los Jets de origen sajón, ambos grupos convivían en un mismo territorio de los suburbios neoyorkinos; Natally Wood, estrella cinematográfica del momento dio vida a María, hermana del líder portorriqueño Bernardo (George Chakiris) quien se enamora de un miembro de los Jets, Tony.

María y Tony representan a Romeo y Julieta, pero a diferencia de la obra teatral, María sobrevive a las disputas de las pandillas, mientras su amado Tony, muere entre sus brazos; el musical fue galardonado con 10 premios Oscar de la academia y es hoy considerada como una película de culto, la música original de Leonard Berstein ha trascendido, incluso más allá de la propia película.

El rey de pop, Michael Jackson no dudó en utilizar elementos para los videos de su música; él se basó en las peleas y el ambiente para la realización de los videoclips de “Bad”, pero sobre todo el de “Beat it”, donde me atrevería a decir que el menor de los Jackson Five, consumó el plagio, pues algunas escenas de los videos musicales parecen una copia de la película, incluso algunas ideas del baile, le gustaron tanto a Jackson que no tuvo el menor recato en duplicar, pero tampoco en reconocer.

Otros musicales notables son la producción de rock de 1999, William Shakespeare’s Romeo and Juliet (por Terrence Mann). También en el Jazz ha dejado su huella como la interpretación de Peggy Lee “Fever” de 1956. Y que decir de la sinfonía de Hector Berlioz y la composición de Tchaikovski. Sergei Prokofiev, realizó una versión para ballet, además de múltiples versiones para TV.

Un Shakespeare enamorado

Otra de las producciones cinematográficas de Romeo y Julieta es la película “Shakespeare in love”, cinta multipremiada con siete Oscar, tres Globos de oro y 3 Premios Gafta. En el filme tratan de exhibir las circunstancias que vivía en esa época William Shakespeare, y aunque no es una película biográfica, hay muchas referencias de Romeo y Julieta como si el autor inglés fuera el propio protagonista de la tragedia amorosa. Creo que fue una película muy ilustrativa, pues pudimos imaginarnos como pensaba y vivía el autor, pero también las inconveniencias en el tema de las enfermedades que padecían.

La peste shakesperiana

El aspecto de las condiciones de salud e higiene fueron también parte importante en las obras de William Shakespeare, no solo en Romeo y Julieta podemos observar que la peste bubónica causó estragos en la salud pública como en el desarrollo del teatro, pues el cierre de los mismos por algunas temporadas tenía repercusiones devastadoras en el ámbito económico por la falta de trabajo, en el Rey Lear, Vida y muerte del rey Juan, Enrique IV y en Enrique VIII, encontramos alguna referencia.

En el conflicto de El rey Lear a una de sus malagradecidas hijas le llama “úlcera pestífera”, pues la peste dejaba una huella pestilente en los contagiados, o “¡Mala peste caiga sobre todos ustedes!”, dice el personaje Gloucester en la obra “Vida y muerte del rey Juan”, una exclamación que retrataba a la enfermedad como una maldición poderosa, como el peor de los males.

Rodeado de estas circunstancias, William Shakespeare fue un sobreviviente de la enfermedad de la peste, quizá le hecho que debía guardar cuarentena lo alejaba de las multitudes y de esa forma podía, en su soledad, elaborar tan prolíficos proyectos y protegerse de algún modo de ser contagiado. Su genio no pudo ser frenado por las enfermedades endémicas que le tocó vivir.

La música de Michael Jackson con escenas de la película «Amor sin barreras», ambas inspiraciones en Romeo y Julieta de W. Shakespeare

Shakespeare en el presente

William Shakespeare tuvo tal vez una vida en la que no imaginó la trascendencia histórica dentro de la dramaturgia, hacía relativamente poco tiempo que el Renacimiento había salido a escena y las mentes brillantes comenzaban a surgir, a emerger; quizá Inglaterra no era aún lo que hoy es, una potencia no solamente económica, sino una tierra fértil para la ciencia, las artes, el deporte, hasta la música popular (la ola inglesa de los 60 y 70 del siglo XX) con los Beatles y los Rolling Stone a la cabeza, pasando por la revolución industrial.

Ahora con el brexit, que es la separación de la Unión Europea; Gran Bretaña se desmarca de los demás países comunitarios, donde compartirían la moneda y prácticamente borrarían las fronteras, ahí, el genio de Shakespeare surge cuatro siglos atrás, como un ente adelantado a su época, en un momento crucial bajo el reinado de Isabel I, con el legado literario se suma a los de otros personajes para dar paso a la poderosa Gran Bretaña.

Shakespeare, como sobreviviente de una de las peores pandemias que ha azotado a la humanidad, vivía al filo del riesgo, del peligro de morir en cualquier momento. Hoy, seguramente, sería uno de esos premios nobel, sin temor a equivocarme, uno de los conferencistas de masas, y todavía más, sería un influencer observado por miles, quizá por millones esperando que de su cabeza surgiera una obra o un pensamiento como una fuente inagotable de creatividad. Un superviviente de cualquier cosa, incluso esta pandemia del siglo XXI que es el COVID 19.

¿Qué hubiera podido hacer William Shakespeare en este tiempo, con la tecnología y el conocimiento? Con los avances de la ciencia, el internet, y las nuevas teorías de la comunicación, ¿Qué podría hacer hoy este genio con el Google y la computadora? Seguramente nos deleitaría tanto como lo ha hecho hasta hoy. Hipotéticamente podemos pensar y analizar esta posibilidad como un deseo; un deseo muy difícil de cumplir, sin embargo, algo de lo que si estoy seguro es que nadie lo detendría hoy como no lo detuvo nada en ese entonces, incluso, en tiempos de coronavirus. (septiembre 2021)

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