Por Livia Díaz/ informatePR (Entrevista realizada en 2004)
El cáncer se llevó rápidamente a un hombre digno de recordar. Poza Rica ha sido cuna de grandes próceres, líderes y políticos entre ellos destaca un ex presidente municipal ahora ausente pero que cosechó la inquietud por luchar contracorriente para defender sus posturas ideológicas, su libertad y su derecho a decidir. Se trata del doctor Maximino Ledesma Muñoz. Primer Urólogo de esta región donde trabajó arduamente en el campo profesional en el Hospital Civil, el Hospital de Petróleos Mexicanos, el Seguro Social y en forma particular.
Fue jefe del ejecutivo municipal de 1973 a 1976, es quizá el primer gobierno no priísta de que se tenga memoria en una época en la cual latinoamérica se convulsionaba y aun la izquierda en México estaba en la clandestinidad y sin registro para participar en las elecciones, pues no fue sino hasta 1978 en que el Partido Comunista Mexicano participa en elecciones con registro electoral y posteriormente como Coalición de Izquierda en elecciones presidenciales.
¿Qué tuvo de peculiar el gobierno de Ledesma?
Cierto es que su característica principal fue la de sobrevivir movimientos en su contra por organizaciones sindicales, partidistas, medios de comunicación y que él decía «si quieren echarme que me echen, pero ya», confirma su compañera inseparable Irma Arronte Losada «el doctor nació en Querétaro y estudió en la Universidad Nacional Autónoma de México. Cuando terminó, el doctor Guillén lo llamó y lo trajo a Poza Rica, no había otro médico con su especialidad en esta región.
Doña Irma nos recibió en su casa. No sabíamos -como muchos- que el médico falleció hace unos tres años y medio «era muy conocido, aún ayer me llamó uno de sus pacientes desde Tihuatlán que no sabía que mi esposo había muerto». Nos dijo al tiempo que nos invitó a tomar jugo de naranja bien frío. Doña Irma estaba emocionada, charlamos varias horas de las anécdotas del gobierno de Ledesma Muñoz, de sus gestiones como primera dama y sus actividades posteriores cuando se postuló a la presidencia por el Partido Popular Socialista.
Duraron 35 años casados y tres de novios. Se conocieron en 1960 en el Hospital Civil donde ella trabajaba como enfermera. «Yo estaba hablando con unos pacientes que no tenían dinero para surtir una receta y él se acercó y dijo: Mujer ¿Cuánto necesitas para surtir esa receta? -Ella lo dijo- Él le dio el dinero y el médico se dio la media vuelta y se fue». Yo era una mujer muy difícil, me educaron para darme a respetar y así lo hice. A él le decían «qué haces con Arronte, déjala, de ahí no vas a sacar nada». Y a mi me decían «que los idealistas no se casan». Pues de ese modo el doctor Roldán y Mulfi y mi familia y muchos desbancados, nos casamos y duramos juntos hasta su muerte. Y de eso tengo dudas, «para mi que el sigue aquí, conmigo, no se ha ido, siempre me acompaña».
«Entre más sabia es una persona es más sencilla» -siguió diciendo la entrevistada con lágrimas en los ojos. La emoción del tema, la visita y de decir las cosas que -consideramos- tenía tiempo no transmitía al menos no a todos, al gran público que forma parte de esta ciudad- «que amo con toda mi alma» «amo profundamente este ranchote grandote, soy localista, no podría irme a vivir a otro lado».
«Después de la represión de 1968 en Tlatelolco, recordarán que el Hospital 20 de noviembre fue balaceado» mi esposo organizó una marcha en apoyo a los médicos y enfermeras de la institución pero tuvo problemas porque era médico de base en el hospital de Petróleos Mexicanos y lo suspendieron para cambiarlo a Agua Dulce, el se negó, dejó la plaza. «Ya para entonces había una conspiración contra él por sus actividades antigubernamentales. Fue secuestrado con el engaño de que lo llevaban a ver a una paciente enferma por judiciales que lo transladaron rumbo al puerto de Veracruz pero Felipe Suárez, Ricaño y Morales Lechuga fueron a interceptar el vehículo en que era conducido, el doctor les dijo que no se preocuparan. Yo estaba embarazada y muy preocupada y me puse a quemar las revistas que había en el sótano pensando en una represión o un cateo de mi casa pero nada pasó. Para entonces le decían «espía de Fidel Castro» » terror tentáculo de una telaraña de células comunistas» pero al final, lo soltaron por falta de pruebas».
«No hizo riquezas porque todo su dinero se lo gastó en la política». Años después fue candidato a senador por el Partido Comunista Mexicano cuando Danzós Palomino fue candidato a presidente en la elección que ganó el licenciado Luis Echeverría Álvarez». Aunque Irma no se considera cobarde, porque nunca lo fue acepta haber tenido mucho miedo. «Tenía miedo de que desapareciera mi esposo» «Había ocurrido el asesinato de Consuelo Marroquín y otras personas». Las noticias de desapariciones, la práctica de la tortura y el «te vas a esponjar» (a morir) era común.
Yo me iba a estudiar Biología a una Escuela Rural porque no podía darme el lujo de pagar estudios privados aquí. Pero el doctor Guillén me dijo «¿A dónde vas? Te van a robar los caciques». Quédate aquí y por eso me quedé a estudiar en la ciudad. El me quitó los papeles y me inscribió en la Escuela de Enfermería. Mis padres eran modestos, la familia Arronte es conocida por luchadora «mi abuela anduvo con Lindoro Hernández en la Revolución, mi papá decía que no hay que quejarse «que uno no debe dejarse que tiene que tener dignidad». «Que o eres un ejemplo o eres la desgracia» de la familia, yo tenía que ser ejemplo y pilar. Era duro…
Ledesma fue postulado por el Partido Liberal Pozarricense en 1972. El mismo nació en el de la discordia con la sección 30 del Sindicato Petrolero y ganó en forma abrumadora de 19 mil votos contra 13 mil del Partido Revolucionario Institucional. «Yo jamás había votado, no sabía qué era eso» aunque si había hecho mitotes para obtener objetivos en proyectos populares la entrevistada evidencia en tanto el relato continúa que veía todo con ignorancia y con inocencia, aunque con una gran fe e intuición en lo que estaba haciendo y gran respaldo y orientación de su compañero. Ya estando el en el gobierno los problemas no disminuyeron sino que aumentaron.
«Se decía que un grupo iba a dinamitar los pozos petroleros» «Los líderes de la sección 30 proferían fuertes amenazas» «Había golpes en el periódico, amenazas de muerte, el teléfono estaba siempre intervenido y hasta metían problemas entre nosotros como pareja, llamaban mujeres buscándolo o haciendo comentarios insidiosos a mi y a él». ¡Pero no había sueldo para la primera dama, todo fue gratis! Irma se metió en camisa de once varas cuando… (continúa)
vea la segunda parte InformatePRhttps://www.informatepr.com.mx/gente/a-la-derecha-de-un-sueno-parte-ii-y-ultima/