(Entrevista con Ramiro Cruz López, primera parte)
– Petroleros solicitaron al presidente Miguel Alemán la separación de Coatzintla
Por Jorge Huerta E./ informatePR
Poza Rica, Ver.- A principios de los años cincuenta del siglo pasado, un grupo de petroleros visitaron al entonces presidente de la república Miguel Alemán Valdés, veracruzano de nacimiento, quien accedió a la petición de declarar a Poza Rica como municipio libre, pues conocía el fondo del asunto, en ese entonces, nuestra tierra ya figuraba en el plano nacional por la gran producción de hidrocarburo que aportaba a la economía del país.
Fueron cinco trabajadores sindicalizados los que acudieron a la ciudad de México a iniciativa de Jaime J. Merino, entonces superintendente del distrito Poza Rica, la cual se encontraba en un auge por la industria petrolera que había sido declarada como patrimonio nacional, años atrás por el General Lázaro Cárdenas del Río.
Ramiro Cruz López, uno de los obreros que hablaron con el Licenciado Miguel Alemán Valdés, asegura que fue el Ingeniero Jaime J. Merino de quien surgió la idea, pues Poza Rica le estaba dando mucho a la región, por la alta productividad en el área energética; por tal motivo no podrían negarle esa posibilidad. Cuando el presidente vio el oficio presentado le gustó la idea, pues era un acto de justicia para la creciente urbe.
Siempre polémico, el ingeniero Merino, en ese entonces gozaba de la simpatía de la clase política, pues los trabajos dentro de Petróleos Mexicanos en esta región estaban dando muchos frutos, por lo que se sólo era cuestión de tiempo para convertirse en una de las ciudades mas importantes de la entidad veracruzana.
Cruz López, hombre de confianza de Jaime Merino afirma que él era una persona muy preparada y buena, con una visión de futuro para Poza Rica; el trazado de las primeras colonias, son manifiesto de ello, la construcción del sindicato petrolero, el cinema y la cooperativa, además del primer multifamiliar, que era para que el trabajador viviera mejor. El colegio Tepeyac, el Motolinía, la secundaria Salvador Díaz Mirón y la iglesia (del Sagrado corazón) se hicieron bajo las órdenes del ingeniero.
“Tengo la idea que cuando yo me vaya de Poza Rica y se acabe el petróleo la ciudad no se acabe, y tiene que haber comercio, agricultura, porque el petróleo algún día se tiene que terminar…”, eran las palabras del ingeniero a sus allegados. Ramiro Cruz, quien posteriormente se convertiría en su compadre, advierte que “se hubiera convertido en una ciudad más abierta si Merino no se hubiera ido, más comunicada por todos lados…”, comentó.
Acusaciones contra el ingeniero
Ramiro Cruz, afirma que muchas de las acusaciones contra Jaime J. Merino eran infundadas, sin embargo, algunos episodios como el sonado caso llamado “La matanza de los Goyos”, pudo haber sido el detonante para que la suerte del ingeniero cambiara abruptamente; Cruz López advierte que había un grupo opositor y querían el poder, cuando ya estaba todo organizado.
A decir del entrevistado, al ingeniero “le tenían mucha envidia porque estaba haciendo muchas cosas por Poza Rica”. En ese entonces el sindicato petrolero tenía una buena relación con la empresa Petróleos Mexicanos. “Poza Rica era lo máximo, estaba en pleno apogeo, don Antonio J Bermúdez (director de PEMEX) venía a ver los trabajos que estaba Merino haciendo, y éste iba a México cada cinco días a reportar lo que se estaba haciendo aquí… venía Bermúdez a supervisar…”
Fue en esa época durante las elecciones de 1958, cuando Manuel Salas Castelán y el Dr. Fausto Dávila Solís, compitieron en las elecciones municipales de las cuales acusaron de orquestar a Jaime J. Merino y a Pedro Vivanco García, quien era el dirigente de la sección 30 en ese tiempo; las protestas de un presunto fraude a favor del PRI resultaron con una represión con armas de fuego que responsabilizaron al ingeniero petrolero.
En el parque Benito Juárez, cincuenta años después, se erigió un memorial en el lugar donde cayeron los cuerpos de las personas que protestaban por el presunto fraude; algunos testigos afirman que los disparos salieron del edificio sindical; más tarde, Jaime Merino tuvo que salir, no sólo de Poza Rica, sino del México, por presiones políticas.
Piedra sobre piedra
Una de las construcciones más emblemáticas de la era merinista fue sin duda el complejo deportivo con el estadio Jaime J. Merino y la cancha Antonio J. Bermúdez, ambos escenarios fueron testigos de sendas epopeyas deportivas donde los “Petroleros de Poza Rica” en beisbol y la “Ola Verde” en baloncesto, fueron motivo de orgullo en los circuitos nacionales.
Donde antes estuvo una de las mejores canchas del gimnasio con duela de Brasil y la alberca olímpica, envidia de muchas ciudades. En el lugar solo quedó una plancha de concreto (plaza cívica 18 de marzo); de ese tamaño fue el sentido de querer borrar la memoria que tuvo la gloria deportiva de esta ciudad.
La maquinita
La primera ocasión que Ramiro Cruz vino a Poza Rica fue en 1930, cuando en Poza Rica solamente había casas de palma. Originario del puerto de Tuxpam, se trasladó por el único medio disponible, la maquinita llamada “la burrita”, donde se trasladaban los materiales que se requerían para la perforación de los pozos petroleros, también se transportaban las mercancías que traían para bastecer a los establecimientos.
“De Tuxpam a Poza Rica en la maquinita se jalaban los vagones, eran plataformas para los materiales, víveres, frijol, maíz que venían arriba de las cajas de PEMEX, el último vagón era una jaula para transportar a la familia… incluso las damas que venían a la zona roja”. La maquinita venía desde Cobos en la ribera del río Tuxpam a Furbero y paraba en el kilómetro 52 y 56 que a la postre se convertirían en la ciudad de Poza Rica. Continuará… (informatePR marzo 2021)
En la segunda parte, como Ramiro Cruz López se ganó la confianza de Jaime J. Merino y el ofrecimiento al ingeniero su participación en la política local.
vea la segunda parte http://www.informatepr.com.mx/historia-del-petroleo/jaime-j-merino-desterrado-de-poza-rica-se-fue-a-usa-ramiro-cruz-lopez-lo-llevo-a-su-destino-en-1958/