Con las certificaciones promueven los productos de “Vainilla de Papantla”
Por Jorge Huerta E. / informatePR
Papantla, Ver.- Aunque nació como un proyecto escolar, la marca “Cosecha totonaca”, se encuentra en un momento de expansión, a pesar de la baja producción de la vainilla en el municipio que vio nacer a esta orquídea y la dio a conocer al mundo como uno de los productos de mayor valía y que es comercializado en muchas partes del mundo.
Lizbeth Jiménez García, originaria del municipio de Papantla concibió a “Cosecha totonaca” como un proyecto escolar, cuando estudiaba Contaduría en la Universidad Veracruzana sin pensar que más adelante se convertiría en una de las marcas que ha desarrollado toda una cadena productiva en torno a la vainilla, como el perfume artesanal de vainilla, crema de vainilla y licores, entre otros.
Desde generaciones atrás su familia se ha dedicado al cultivo de la orquidea, pero solamente vendían la verde, es decir, que no se aprovechaban todos su derivados; entonces como estudiante del sistema abierto de la UV proyectó un trabajo sobre un producto de la región y surgió de esa manera “Cosecha totonaca” que hoy tiene ya una certificación que le ha permitido incursionar en nuevos mercados.
Actualmente vende sus productos en el Hotel Tajín y en la calle 16 de septiembre 123 frente a la iglesia de la Asunción en Papantla; en Poza Rica, en los hoteles Río Vista Inn y La Quinta Inn; en Boca del Río en la tienda “Orgullo Veracruzano” de la plaza dorada; y en otras ciudades como Monterrey, Cozumel, Cancún y Guadalajara.
En marzo recibieron la certificación “Hecho en Veracruz” por parte de la Secretaría de desarrollo portuario de Veracruz, lo que le ha permitido participar en distintas ferias comerciales y artesanales. También se ha registrado en el IMPI (Instituto Mexicano de la propiedad Intelectual) de tal manera que al llenar los requisitos que todo producto necesita ha podido abrir su propio camino.
El valor agregado también le ha permitido incursionar en el mercado internacional, con vainilla de calidad gourmet, que es exportada a los Estados Unidos, Francia, Colombia y Brasil. También han llevado la vainilla de Papantla a las escuelas gastronómicas, pues la finalidad es ir abriendo el mercado ante la baja producción que se tiene que recuperar paulatinamente.
La apuesta a la capacitación
Cuando Lizbeth Jiménez afirma que echando a perder se aprende, se refiere a las nuevas formas de la actividad productiva, por ejemplo, se han roto esquemas de trabajo en conjunto con varios productores, se ha dispuesto de una brigada de capacitación en el municipio de Tihuatlán, se trata de legalizar esa cadena de producción para que no solo sean vendedores de la vainilla verde, sino que se elaboren productos de vainilla.
“Estamos adentrando mucho al tema organización, preparar la tierra, desinfectar, para que nuestra plantación tenga un mejor rendimiento, que sea a más corto plazo la cosecha”, se trata de elaborar su propio licor, o la crema de la vainilla con las técnicas como la malla sombra y el tratamiento del agua, ya que el líquido entubado se encuentra clorado.
Jiménez García piensa que al tener una baja cosecha solamente se puede competir con la calidad del producto, entonces al tratar de beneficiarla y que puedan los productores obtener la mejor ganancia posible, pues solamente se llegó al uno por ciento del consumo, cuando antes Papantla fue conocida como la ciudad que perfuma al mundo por su alta producción de calidad mundial.