– El esplendor de la cultura totonaca en la zona arqueológica de “madera de armadillo”
Por Jorge Huerta E./ informatePR
Cuyuxquihui, Papantla, Ver.- En la región del Totonacapan existen distintas zonas arqueológicas, pero solo algunas han tenido el privilegio de volver a la luz, como lo ha sido El Tajín, nombrada como Patrimonio de la Humanidad porla UNESCO, sin embargo en el mismo municipio se localiza Cuyuxquihui, rescatada en medio de la selva y que se yergue en la ladera de un cerro como parte de la cuenca del río Tecolutla, en un mirador natural.
Y aunque pudiera pensarse que este era el sitio estratégico para la guerra, pues podrían observar el valle desde kilómetros, lo cierto es que según los registros, los totonacas que ahí habitaron era un pueblo en paz, con la energía utilizada para las labores del cultivo; algunos autores afirman que fueron las cíclicas inundaciones el motivo para establecerse ahí, incluso se habla que ésta no fue la continuidad de El Tajín que fue abandonado años antes de florecer este lugar.
Cuyuxquihui se encuentra a unos 30 kilómetros de El Tajín rumbo a la comunidad de El Chote y una vez pasando el puente de Remolino sobre el río Tecolutla, de ahí se toma el camino a lo que se conoce como el Llano de Papantla, y en la comunidad de Paso del correo se encuentra la entrada a unos cientos de metros sobre una carretera de terracería; en medio de la selva se halla este fascinante conjunto de edificios prehispánicos.
Arqueólogos señalan que se han encontrado vasijas y otros menesteres de barro, algunos con estilos de la región, pero también vestigios de origen huasteco, pues hay que tomar en cuenta que el río Cazones era una de las barreras naturales entre el totonacapan y la huasteca, sin embargo existía una zona de transición entre ambas culturas, aunque también hay que considerar las influencias náhuatl pues fue una de las culturas que sometió a sus símiles de Mesoamérica.
En los alrededores de Cuyuxquihui se encuentra una exuberante vegetación, por lo que no es extraño ver árboles frutales muy cerca, incluso dentro del perímetro prehispánico; su estructura arquitectónica en terrazas, podría parecer una construcción fortificada, sin embargo solo era para el culto a los dioses, la agricultura y la vivienda. También se construyó un juego de pelota como en las zonas arqueológicas de la región.
La pandemia y la inseguridad provocaron la ausencia de visitantes, incluso de personal del INAH en la zona, al encontrarse en un lugar importante, cerca del paso de comerciantes y habitantes que viajan de Papantla al llano, pero también una parte de la sierra norte de Puebla; desde Cuyuxquihui con una vista privilegiada donde se pueden ver todos los movimientos hacia el llano y en la cuenca del río Tecolutla. (17/septiembre/2022)