Por Gina Cortés / informatePR
No hay razón para que cada vez que uno busca un sitio para escaparse un fin de semana con su pareja termine visitando en el mismo lugar. Hoteles concurridos y ruidosos en donde no saben tratarlo a uno como dios manda, en ciudades bulliciosas o nada amigables.
Una opción para esos momentos en los que uno necesita estar tranquilo y bien acompañado puede ser Villas Chichinit ( vocablo totonaco que significa llegaste ) es una playa privada que aunque carece de toda infraestructura turística cuenta con atractivos naturales.
Es importante decir que ahí no se encontrará un hotel, restaurante o un área de tiendas de artesanías, tampoco un camino en buenas condiciones o calles pavimentadas.
Pero esta falta de comodidades la sustituye la sensibilidad e imaginación de sus propietarios, que han hecho posible la creación de un refugio con ese toque especial. Es un lugar relajado y nada pretencioso.
Villas Chichinit puede traer consigo otras delicias para los sentidos. Sus pequeñas cabañas rusticas despojadas de todo artificio, situadas estratégicamente frente al mar, te transportan a un idílico paraíso donde su playa perfecta te invita a tomar un baño de sol y relajación.
Podrás disfrutar una caminata por la orilla del mar sin el contratiempo de toparte con carros o vendedores ambulantes.
Villas Chichinit es una bondad de la naturaleza y te harás el mejor regalo, la amabilidad y hospitalidad de sus propietarios es difícil de encontrar.
Para llegar a este paraíso totonaco lo puedes hacer por tres distintas vías, pero la más fácil es tomando la carretera federal 180 a la altura del libramiento de Papantla. A un costado de la gasolinera se encuentra el camino que conduce a Villas Chichinit, tomando la desviación a Rancho Playa, guiándose por la señalización.
La belleza y tranquilidad del lugar te atraparán por completo.